Cuba, España y los Estados Unidos | Organización Auténtica | Política Exterior de la O/A | Temas Auténticos | Líderes Auténticos | Figuras del Autenticismo | Símbolos de la Patria | Nuestros Próceres | Martirologio |

Presidio Político de Cuba Comunista | Costumbres Comunistas | Temática Cubana | Brigada 2506 | La Iglesia | Cuba y el Terrorismo | Cuba - Inteligencia y Espionaje | Cuba y Venezuela | Clandestinidad | United States Politics | Honduras vs. Marxismo | Bibliografía | Puentes Electrónicos |



Organizacion Autentica

PRIO SOCARRAS, EL MEJOR GOBIERNO O EL MENOS MALO


En días pasados, un grupo de cubanos del exilio en Miami, por convocatoria del Partido Revolucionario Cubano, acudió al cementerio Woodland de la Calle 8 del S.W., con motivo de cumplirse un año más de la muerte de Carlos Prío Socarrás, el último presidente legítimamente electo en Cuba.

Mi generación es aquella que suelen denominar la generación del centenario, que es la promoción de jóvenes que arribábamos a la edad en que comenzábamos a afirmarnos en la vida nacional reclamando un espacio, alrededor de la fecha --años inmediatos anteriores y posteriores-- en que se cumplían cien años del nacimiento de José Martí.

Yo sólo conocí, como experiencia personal consciente, tres gobiernos en mi vida. El de los auténticos en especial el de Carlos Prío Socarrás; el de Fulgencio Batista, ya siendo estudiante de la Universidad y el de Fidel Castro, ya graduado en los comienzos del ejercicio profesional de mi carrera. Esas han sido mis opciones históricas en el recuento de mi existencia; y mi elección, en el 100% de los puntos a conceder, es la de Carlos Prío Socarrás, lo mejor que conocí.

Eso no quiere decir que sea aquel gobierno la óptima aspiración u oferta para el pueblo cubano que tantos sufrimientos y decepciones ha tenido. Sino que lo que vino después de la ilegal destitución de Prío Socarrás, como descalabro institucional, ha sido un eslabonamiento de males que ha venido a pasar en el foso histórico indeseable del actual gobierno que Cuba padece aún.

Los pueblos, generalmente, como las personas, aprenden a valorarse a duros golpes en su existencia. Es lamentable. No se ha de mirar hacia atrás, sino para resaltar lo malo que se hizo y que no se debe repetir; lo que no se hizo y está por hacer, y lo bueno que se hizo y se debe rescatar. Y ése es el salto de calidad en la vida institucionalizada de un país. No sé si el pueblo cubano -el de allá y el de aquí, como conjuntotendrá aún ocasión de aprender la lección de la historia, tras el abismo hondo en el que se han hundido más de tres generaciones, desde 1952. Y partir desde lo menos malo (por no decir lo mejor, porque los grados de comparación de los adjetivos beneficiarían a los malos como menos buenos), y hacer conciencia de que la institucionalización -de la nación es el primado de sus intereses; y que su descalabro nos envuelve a todos en el desastre del que no se sabe despúes cómo salir , ni cómo enderezaar el rumbo de la vida nacional.

Rebobinando la cinta cinematográfica de la historia única que conocí, cuando era estudian-te de bachillerato apoyábamos las huelgas, ma-nifestaciones y protestas cívicas que los estudi-antes de la Universidad de La Habana hacían durante el gobierno de Prío Socarrás, gobierno que nunca reprimió con violencia aquellas ac-tividades, traígo a la memoria cuando la Uni-versidad convocó a hacer actos de protesta por el aumento del costo del pasaje en los ómnibus de transporte público.

Los estudiantes del Instituto del Vedado, donde -yo estudiaba secundaron la protesta y con-signas venidas de la Universidad. Con excesiva desobediencia civil paramos, obstruyéndolo, el tránsito público de la Calle 23, en el Vedado, via importante separada del Instituto por el parque Medina. La policía acudió ante el des-orden. Nos replegamos hacia el edificio de nuestro centro. Varios policías --bastantes-- -avanzaron por el parque hacia nosotros. Al frente venía el capitán de la delegación policial. Se adelantó hacia nosotros y reclamo la pre-sencia del presidente de la asociación de es-tudiantes. En el medio de la calle fue la entre-vista. Yo estaba a unos dos metros del capitán, hombre joven, corpulento y seguro.

En la discusión, hábilmente llevada por el capitán, éste nos exponía con firmeza y, a la vez, con condescendencia, que no podía permitirse el alterar el orden público, pues existían otras vías para esas demandas. Ante la falta de argumentos de peso por parte de nuestro presidente, el capitán preguntó: --Bueno, muchachos, en fin ¿qué es lo que Uds.-- quieren?--- Y nuestro presidente, en una extemporánea ex-presión, le dijo: ¡Que se vaya Prío! --Entonces el capitán se sonrió, dueño de la situación, y respondió como en una broma contundente: -Pero eso no puede ser así; tienen que esperar hasta las elecciones. Postulen un presidente y voten por él.

Desarmados de argumentos --a la vez que compensados por haber hecho un acto de apoyo a la Universidad-- los estudiantes volvimos al edificio como indicó el capitán que, ordenando a sus hombres quitar los obstáculos que pusi-mos en la calle, restableció el tránsito. Y quedó concluido el episodio.

Este hecho que parece un cuento pueril, hoy, mirando hacia atrás, le encuentro un sentido y un valor formidables como testimonio civilista en boca de la autoridad policial. Aquello que entonces se tomó como una majadería de protesta cívica y que no tuvo consecuencias represivas, no se podría hacer después, como Prío faltó; y sobre todo bajo la tiranía de Castro y su sistema de feroz represión, donde resultaría en golpizas por las brigadas de respuesta rápida, despliegue policial, detenciones masivas y posibles muertes.

Muchas cosas malas podrán señalarse como censura a aquel gobierno de Carlos Prío Socarrás. Entre otras el enriquecimiento de funcionarios al amparo del erario público, pero también hubo muchos honrados y eficaces; buenos y malos políticos lo integraron. Y tuvo desaciertos no deseables; pero también aciertos que se deben reconocer, como programa de gobierno popular que, sin dudas, fue. Pero en la escala de valores a colocar en la balanza de bien y mal, hay que situar uno: la libertad y la pauta democrática que sentó, Que le permitió manifestar al Presidente en un discurso invocando a Martí, que no habían presos políticos en su gobierno.

Inclínese pues, y más aún por esto, la balanza hacia el platillo del bien, y entiéndase por ello merecido el acto de rememoración del ex-presidente Prío Socarrás que se llevó a cabo hace varios días en el cementerio Woodland, donde sus restos reposan.


FIN


Por Angel Cuadra
Diario Las Américas

Logo


Cuba, España y los Estados Unidos | Organización Auténtica | Política Exterior de la O/A | Temas Auténticos | Líderes Auténticos | Figuras del Autenticismo | Símbolos de la Patria | Nuestros Próceres | Martirologio |

Presidio Político de Cuba Comunista | Costumbres Comunistas | Temática Cubana | Brigada 2506 | La Iglesia | Cuba y el Terrorismo | Cuba - Inteligencia y Espionaje | Cuba y Venezuela | Clandestinidad | United States Politics | Honduras vs. Marxismo | Bibliografía | Puentes Electrónicos |



Organización Auténtica